Qué concentración en el aprendizaje! ¡Y qué satisfacción al descubrir nuestras capacidades que creíamos ocultas! Expresada por algunas exclamaciones: ¡He hecho dos pulseras! ¡He hecho tres!
De hacer y llevarnos en nuestra muñeca la pulsera individual… hemos pasado a “la fábrica de pulseras”, en un trabajo cooperativo y gratuito.
Y lo más importante, el taller de pulseras nos ha hecho disfrutar y pasar verdaderos ratos felices.
¡Gracias a todas!