El voluntariado es imprescindible para el desarrollo social. Por un lado, hace posible la participación ciudadana y, por otro, contribuye a la mejora de la calidad de vida de la sociedad, defiende los intereses de personas y grupos en situación de desventaja social, colabora en la resolución de necesidades sociales concretas y genera, con valentía y originalidad, nuevas y alternativas propuestas de mejora.
El voluntariado actúa desde las necesidades existentes en cada momento, porque incide directa e inmediatamente en los problemas haciendo de avanzadilla en la búsqueda de soluciones. El voluntariado contribuye a recuperar el protagonismo y el control sobre nuestra propia vida, nuestro barrio, nuestra ciudad o nuestro planeta,
En definitiva, el voluntariado es una forma de ser, una forma de
dar respuesta
a situaciones sociales complejas.
Ser voluntario es trabajar conjuntamente por transformar nuestra realidad
en un espacio digno, justo y con igualdad de derechos para todas las personas de nuestra sociedad.
El voluntariado es una opción de nuestra vida a través del compromiso con los sectores más vulnerables y desfavorecidos de nuestra realidad
más cotidiana.