Durante estos meses, había una idea fija en mi cabeza: ¿por qué no donar sangre para ayudar a las personas que están en los hospitales? ¡Eso sí lo podía hacer! Me informé de varios lugares donde podía donar, pero la ocasión apareció con la gran nevada de enero. Se necesitaba sangre y yo estaba dispuesto a responder a esta llamada. Fui a la Plaza de Cibeles, a un edificio muy grande donde está la Alcaldía de Madrid.
Ahora me siento muy bien, me siento útil de poder ayudar a otra personas que lo están pasando peor que yo”.