Asistimos a una crisis sin precedentes en Ceuta que está llevando a la utilización de las personas, manipuladas por una política que busca sólo dividir y criminalizar.
Partidos políticos de ultraderecha hablan de invasión, como si de una guerra se tratara. Dice la periodista Angels Barceló “¿Cómo se puede hablar de invasión cuando los que llegan son seres humanos agotados que se aferran a la ayuda de la Cruz Roja o del ejército en la playa luchando por su supervivencia? Invaden los ejércitos con armas o con técnicas de guerra; las personas se desplazan o huyen. El uso de la palabra no es inocente. Se va sembrando el oído y la xenofobia con una estrategia que la ultraderecha conoce bien. Miren hoy las fotos de las portadas de todos los periódicos, un guardia civil rescatando un bebe en el agua, un militar con un menor en brazos, niños sentados en la arena y luego póngale calificativo a lo que ve.
Si seguimos con la importancia de las palabras hay otra que sí define muy bien lo que está pasando, es chantaje; el que el gobierno marroquí le está haciendo a España, porque de eso se trata: un chantaje en forma de pasividad de la policía en la frontera. Y lo es porque así lo ha confirmado Marruecos, que ya ha señalado el motivo: la hospitalización del líder del Frente Polisario Brahim Ghali en un hospital de Logroño. ¿Qué esperaba España de Marruecos? Se pregunta un ministro del gobierno marroquí. Como en todo chantaje tiene que haber una moneda de cambio. En Marruecos se utiliza a la gente que sin esperanza ni futuro en su país huyen cuando ven las puestas abiertas en lugar de preguntarse por qué quieren huir se les hace un pasillo para que se vayan, aunque tengan que arriesgar sus vidas”.
Y la tercera palabra en esta crisis podría ser respuesta. Los políticos buscan soluciones a esta crisis, unos desde el odio, racismo y nacionalismo barato. Otros más abiertos a la humanidad y solidaridad. Pero y yo, tú ¿qué respuesta das? Te propongo escuchar la canción de Rozalen “La línea” para que te ayude a pensar tu respuesta